La distribución general de la tierra se conforma de la siguiente manera: un 69% de superficie cuenta con especies forestales, un 26% de pastos, un 3,27% de espacios no agrícolas, y un 1,73% de herbáceos (fundamentalmente trigo y cebada).  

Puede decirse, por tanto, que el recurso económico por excelencia es el aprovechamiento de la madera. La vida de los vecinos ha estado fuertemente ligada al pinar, con extensas masas declaradas de utilidad pública y ordenadas. Debido a ello, la industria de transformación de la madera se ha desarrollado notablemente, a la que hay que añadir pequeñas industrias dedicadas a la extracción y transformación de piedra ornamental, así como una cantera de áridos.

En relación a la ganadería, las especies presentes en la comarca son vacuno, ovino y caballar. Se trata de ganadería extensiva y no estabulada, de alta montaña. También destacable es la riqueza y gran variedad micológica; así, la recolección de los hongos silvestres comestibles, principalmente Boletus edulis y Níscalos, ha experimentado un fuerte crecimiento, generando un destacado valor económico, comercial y recreativo.

En cuanto a la distribución de los trabajadores por sectores, un 36,6% se dedica a los servicios, un 35,4% a industria, un 17,1% a la construcción, y un 11% a la agricultura.